Llevo mucho tiempo en mi propia búsqueda de una lógica simple y coherente que pueda penetrar en la totalidad de los fenómenos sociales irregulares. Esta búsqueda espontánea me ha llevado al anarquismo, y a veces a la libre orientación de derechas. Pero también me ha llevado a una visión pesimista de que todos los sistemas políticos están inevitablemente plagados de contradicciones internas y son fuente de conflictos entre los seres humanos. Estas ideas nihilistas y pesimistas eran como una plaga. Es un hongo que crece parasitando la indagación, un amplificador de la impotencia inherente al hombre para definir sus propios límites como los límites del mundo. Así que decidí abandonar mi estrechez de miras y abordar diversas teorías políticas desde cero, desde la izquierda y la derecha. Esta absorción sin prejuicios supuso un avance hacia un territorio completamente nuevo y una ruptura con el nihilismo. Pero incluso en este empeño, me encontré luchando con contradicciones. Y siempre que me encontraba con tales contradicciones, me enfrentaba a fanáticos de la religión del comunismo, cegados por las comodidades sentimentales del socialismo y el miedo ciego a los capitalistas. También he encontrado retrasados violentos e incompetentes que claman por la dictadura proletaria en aras de su propia seguridad, ignorando las vastas estadísticas, las pruebas de innumerables estu1diosos y las teorías económicas que señalan el fracaso del comunismo. No es exagerado decir que los partidarios del comunismo son los más inferiores de todos los seres humanos; son terroristas globales que cometen actos de violencia porque están engañados por el delirio infundado y repulsivo de escapar de la realidad y establecer un paraíso. Los países que apoyaron el comunismo y construyeron sus naciones sobre ilusiones se hunden ahora bajo el peso de unas infraestructuras deficientes, una política corrupta y una ciudadanía aletargada, pero los países que los marxistas intentaron matar denunciándolos como "burgueses" han logrado la coexistencia entre ciudadanos y empresas gracias al capitalismo modificado. Pero no fue esta simple repugnancia lo que obtuve al examinar la inferioridad del comunismo. Lo que encontré entre las contradicciones del sistema político, la corrupción de los empresarios y los trabajadores que gemían impotentes bajo ellos, fue la fluidez de las ideas y la finitud del hombre. Esta simple afirmación, que los seres humanos son finitos pero las ideas son eternas, fue lo más cerca que estuve de una lógica coherente que pudiera hacer frente a todos los fenómenos sociales. Rápidamente me di cuenta de que no existe un sistema único que pueda abarcar de forma exhaustiva las irregularidades de una enorme sociedad de 8.000 millones de personas, y que el único fenómeno permanente son las ideas individuales de 8.000 millones de personas y sus fluidos cambios. Mi conclusión fue que si pudiéramos encontrar la unidad más pequeña que pudiera hacer frente a este flujo perpetuo, y si pudiéramos reproducir esa estructura y extenderla por todo el mundo, ése sería el sistema perfecto, la sociedad adecuada para la humanidad, y de momento estamos asumiendo que es el totalitarismo fascista.

stu1dios는 도대체 왜 금지어로 지정되어있는거노...?